Vacaciones en Aïnhoa: ¿qué ver, qué visitar?

Situado entre Espelette y la frontera española, Aïnhoa es un encantador pueblo de aire medieval enclavado en las verdes colinas del País Vasco. Descúbrelo.

Una bastida con colores vascos

En la frontera de Labourd y Navarra, a 8 km del camping Biper Gorri de Espelette, Aïnhoa es un pequeño pueblo vasco sin igual. Catalogada como uno de los pueblos más bonitos de Francia, esta antigua ciudad fortificada fue fundada en el siglo XIII por monjes premostratenses y servía para acoger a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.

El pueblo se compone de una sola calle bordeada de casas de entramado de madera rojas y blancas típicas del País Vasco, la mayoría de ellas antiguos caseríos. En el siglo XVII, durante la Guerra de los Treinta Años, los españoles incendiaron y saquearon el pueblo. Sólo queda una casa en pie llamada“Machitorénéa“, fechada en 1629. Con el tiempo, el pueblo se fue reconstruyendo poco a poco, siempre con la misma elegancia que caracteriza a los pueblos del interior del País Vasco.

Laiglesia de Notre-Dame de l’Assomption, declarada monumento histórico, se alza en el centro del pueblo. Construido en el siglo XIII en estilo labordin, el edificio muestra con orgullo su identidad, con su campanario octogonal, su nave única, su magnífico retablo barroco y sus dos galerías. Durante la Guerra de los Cien Años y las Guerras de Religión, sirvió de refugio a los aldeanos. A pocos pasos de la iglesia se encuentra la plaza del Frontón deAïnhoa, dedicada a la pelota vasca desde 1849.

En julio y agosto, la oficina de turismo organiza visitas guiadas para conocer y apreciar los encantos del pueblo. Alternativamente, durante todo el año, hay un sendero didáctico que le llevará por la “rue-bastide” para descubrir los lugares más importantes del pueblo. También es imprescindible visitar la Maison du Patrimoine, dedicada a la historia de Aïnhoa.

La fuente de Alhaxurruta

Entre la ciudad y el barrio de Dancharia, la fuente de Alhaxurruta es un pequeño lavadero muy bonito que se descubre al final de la calle principal. Que conste queel emperador Napoleón III y su esposa, la emperatriz Eugenia, ya se habían fijado en él cuando visitaron Ainhoa el 23 de septiembre de 1858.

El sendero de la capilla Aubépine

Un bonito paseo de 6 km desdeAïnhoa en compañía de pottoks (caballitos del País Vasco) y buitres leonados. Tras atravesar el bosque, se llega al pie del oratorio de la Chapelle de l’Aubépine dedicado a Sainte-Rita, a 389 m de altitud, en la ladera del monte Atsulai. El panorama es impresionante, con vistas al circo de Xareta y al valle de Nivelle, hasta San Juan de Luz y la costa atlántica. No se pierda: las tres cruces del calvario y las estelas discoidales de piedra, monumentos funerarios típicos del País Vasco. El descenso es bastante resbaladizo por las piedras. Asegúrate de llevar un buen par de zapatos.

Ainhoa para los amantes de la comida…

En Ainhoa, como en el resto del País Vasco, la gastronomía es una tradición muy arraigada, teñida de autenticidad y cordialidad. He aquí algunos de los favoritos del camping: Place du Fronton, el bistró Ithurria: una hermosa casa vasca que rezuma tradición, con platos típicos y una excelente carta de vinos. En el barrio de Dancharia, el restaurante Ur Hegian ofrece un ambiente auténtico, cocina familiar y una paella para morirse. Entre Ainhoa y Dancharia, la granja Segida: productora de pimientos deEspelette DOP y criadora de cerdos charcuteros desde hace más de 20 años.

foto©F.Perrot