Es sucio, grosero, glotón y borracho, pero aun así vendrá a repartir caramelos y golosinas a los niños, ¡ante las narices de Papá Noel! En el
Olentzero, figura mítica del País Vasco
El carbonero es un personaje de la mitología vasca, mucho más antiguo que el Papá Noel inventado por Coca-Cola. Según la tradición, vive y trabaja en las montañas durante todo el año, pero aparece en Nochebuena para repartir troncos a los pobres para que nadie pase frío.
Originario del valle navarro del Bidasoa, el mito de Olentzero -nombre que recibe la época navideña- se ha transmitido a través de los tiempos, dando lugar a numerosas interpretaciones. Hoy, el carbonero es esperado con impaciencia por los niños en Navidad, pero no siempre fue así. En el pasado, se le utilizaba para asustar a los niños. «¡Si no te portas bien, el carbonero vendrá a por ti! ¡El carbonero, con su cara manchada de hollín, su barba desgreñada y sus ropas harapientas! Lleva una boina negra, fuma en pipa y sostiene un hacha o una hoz en la mano. Es cierto que, a primera vista, no inspira confianza. Y para empeorar las cosas, se dice que es estúpido como una col, grosero, glotón y borracho. Pero una cosa es segura: ¡tiene el corazón en su sitio!
En diciembre, Olentzero baja de las montañas montado en su burro o pottok (un pequeño caballo salvaje vasco) y desfila por las calles de ciudades y pueblos, donde es recibido como un héroe. En todo el País Vasco, de Bayona a Hendaya pasando por Itxassou, los niños le cantan y le festejan como a Papá Noel.
Volver a lo básico
Reviviendo una tradición que se creía en vías de extinción, Olentzero ha conquistado gran parte del País Vasco. ¡Casi eclipsa a Papá Noel! Pero la verdadera razón por la que el carbonero baja de su montaña es para anunciar el solsticio de invierno (21 o 22 de diciembre), que marca el renacimiento del sol y el retorno de la luz. En la Edad Media, la Iglesia veía con malos ojos todo lo que consideraba pagano, ¡y el Olentzero se convirtió en mensajero del nacimiento de Jesús!
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